Nancy Urrutia: una mirada crítica detrás del lente.
Colaboradora: Andrea Jocelyn Mora Mendez
Sección: mujeres fotógrafas
“Siento que la cámara es una parte importante de mi vida. me ayudó a ser más libre, porque detrás de ella me siento muy audaz, ahí no me inhibe nada”.
Nancy Mabel Urrutia nace el 21 de diciembre en Montevideo, Uruguay. Su pasión por la fotografía empieza en su infancia, con una cámara de cajón de 6x9 empieza a interesarse en lo que aquellos objetos lograban capturar. Después, el amor se refuerza cuando se enamora de un fotógrafo que ayuda a que su pasión crezca, es a los 19 años cuando compra su primer cámara, una Canon QL17, a partir de ese momento se hace fotógrafa ocasional; sus amigos y familia la contratan para eventos o para las fotos del carné.
Su primer estudio fue un taller de refrigeración que le prestan sus amigos, “comencé aprendiendo así, a prueba y error” dice. Pese a que, en Uruguay, así como gran parte del mundo, la fotografía seguía pensándose como una labor exclusiva de los hombres, Urrutia quiso demostrarse a si misma y a las otras personas que la cámara no era ni es exclusiva para los hombres, ella quería romper todos los mitos que señalaban que sólo un hombre podía ser fotógrafo.
Es gracias a la influencia de su tía, Jorgelina Martínez- integrante del Centro Obrero de Alpargatas y una mujer reconocida por su trayectoria gremial en espacios donde dominaban los varones- que su trabajo está lleno de una carga social y política importante, su fotografía es una “fotografía social” tal como ella lo denomina. Uno de sus primeros trabajos como fotoperiodista lo realiza gracias al apoyo de la revista Avanzada, es ella quien fotografía el acto del obelisco del 27 de noviembre de 1983. El acto del Obelisco fue una manifestación multitudinaria de lucha popular por la recuperación de la democracia en Uruguay y una manifestación explicita contra la dictadura de Gregorio Álvarez.
“Mi militancia es la fotografía” señala Urrutia, durante los años de su trayectoria profesional ha retratados momentos clave en la historia uruguaya; desde las primeras manifestaciones contra la dictadura, así como el proceso de regreso a la democracia; realizo ampliaciones de las fotos de los desaparecidos. Además, colaboró en organizaciones de mujeres como Plenario de Mujeres Uruguayas y Cotidiana Mujer, por lo que esta militancia también fue una militancia de género.
Trabaja en diferentes semanarios uruguayos como Tiempo de Cambio -donde colabora con Eduardo Galeano y Mario Benedetti-, Las Bases, Matte Amargo, Brecha. Su primera exposición fue en una colectiva de mujeres que se llamo Campo Minado en 1988.
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