Qiu Jin por la liberación de la mujer y el fin del imperio chino
Colaboradora: Susana Lozano Viesca
Sección: Mujeres en las Revoluciones
Qiu Jin nació en Minhou, Fujian en noviembre de 1875 dentro de una familia económicamente acomodada. Como toda familia china tradicionalista, desde chica sufrió del doloroso tormento llamado “pies de loto” que consistía en el vendaje de pies para evitar que estos crecieran y fueran “atractivos” para los futuros pretendientes, tradición a la que más tarde se opondría fervientemente. Su enseñanza temprana se basó en el arte y la literatura clásica, así como el bordado en preparación para ser una esposa ideal, sin embargo (y a pesar de las tradiciones) fue también formada en equitación y artes marciales, lo cual la llevó eventualmente a su fascinación por la lectura de heroínas marciales chinas.
Al ser el matrimonio y la maternidad el ideal de mujer China, su padre la comprometió con un rico comerciante con quien se casó en 1895 y tuvo dos hijos. Su infelicidad en su matrimonio queda registrado en sus poemas (que tienen un drástico cambio entre el tiempo antes de su matrimonio, el durante y el después), pues haciendo referencia a su esposo menciona “cuando pienso en él, mi cabello se eriza de ira, es absolutamente insoportable”.
En 1903, la familia se muda a Pekín por el trabajo de su esposo, lo que representó para ella una oportunidad de establecer relación con mujeres que compartían sus ideas, pues Pekín gozaba de mayor libertad y un poco de ruptura con la tradición. Su interés político comienza a desarrollarse en este momento y su antiimperialismo y feminismo empiezan a notarse también en sus escritos. En este año escribe:
Mi cuerpo no me permite
Mezclarme con los hombres
Pero mi corazón es más valiente
Que el de cualquiera de ellos
Durante las reuniones que mantenía con sus nuevas amistades, Qiu Jin empezó a tomar vino (lo cual no era bien visto en una mujer), ocasionalmente vestir con ropas de hombre y manejar el arte de las espadas. Las diferencias con su esposo comenzaron a incrementarse, pues ella decía que éste no tenía interés en el conocimiento ni en la causa de la liberación de la mujer. Así, en 1904 deja a su esposo y dos hijos para irse a estudiar a Japón, durante su viaje escribe el poema “Arrepentimientos: líneas escritas camino a Japón”:
Ni el Sol ni la Luna dejaron rastro de luz, la Tierra está oscura,
Nuestro mundo de mujeres tan profundamente hundido, ¿quién podrá ayudarnos?
Las joyas vendidas para pagar el viaje por los mares,
Separada de mi familia dejo mi tierra natal.
Desvendando mis pies limpio mil años de veneno,
Con mi corazón ardiente animo a las mujeres.
Ay, este delicado pañuelo mío
Manchado mitad de sangre y mitad de llanto.
En estas líneas se refleja, además de su liberación de un matrimonio impuesto, la liberación de la tortuosa tradición de los pies vendados así como el camino hacia la búsqueda del conocimiento.
En Tokio se inscribe en la Escuela Práctica para Mujeres de Shumoda Utaka en donde se relaciona con estudiantes de pensamiento liberal y se une también a asociaciones antiimperialistas lideradas por Sun Yat - Sen (considerado padre de la China moderna). Su educación le permitió sobresalir en debate y retórica, obteniendo notoriedad por sus escritos y oratoria, especialmente sobre los derechos de la mujer como la libertad de matrimonio, oportunidad de estudio y abolición de la tradición de “pies de loto”.
En 1905 regresa a China donde continúa con su activismo político antiimperialista y feminista. En 1906 funda, junto a la poetisa Xu Zihua, la “Revista de las Mujeres Chinas” de corte feminista radical, en este año también aprende a fabricar bombas como preparación para los alzamientos revolucionarios en contra del imperio.
En 1907 fue directora de la escuela Datong que, oficialmente, era una escuela de deportes pero que, clandestinamente, era una base de entrenamiento para revolucionarias (la mayoría eran mujeres) que pretendían derrocar a la dinastía Qing. Ese mismo año fue avisada del fusilamiento de su amigo, y fundador de la escuela Datong, Xu Xilin y de la persecución que había en contra de ella por parte del ejército imperial. Logró salvar a muchas mujeres pertenecientes a la organización, sin embargo, ella decidió quedarse para contraatacar por lo que fue capturada, torturada y finalmente, en julio de 1907, ejecutada.
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